viernes, 19 de abril de 2019

Breve reflexión sobre Fede

No pretendo insultar tanto como definir cuando digo que Fede es un inútil. ¿Feliz? puede ser, pero inútil al fin y al cabo. Dicen que vendió su productividad al diablo por dos libros y que cuando los terminó volvió a ver si podía dejarle su profesionalidad a cambio del último volumen de la trilogía. Firmaron el contrato, según se cuenta, en la parte de atrás de su Curriculum Vitae. Porque "total, para que esté por ahí estorbando". Es feliz, la verdad. Siempre lo ha sido, pese a su inutilidad.

Fede es el michelín que agobia al vigoréxico. Es una fuga de gas en la maquinaria imparable del día a día corporativo. Sabe que va a perecer tarde o temprano, atrapado por la lógica ciega de.. ¿de qué? De lo que sea. Fede no cree en conspiraciones mundiales ni en humaredas grises con nombres propios. No lo culpo. ¿Qué importa quién te mata? Lo importante es que no duela, para que mientras se pueda dedicar a sus cosas. Fede es un inútil que se termina el capítulo sin enterarse de nada porque se le cierran ya los ojos, pero es que es de mala educación cerrar el libro antes de llegar a un espacio en blanco que indique pausa. Vivió y murió siendo inútil. Feliz. Inútil. Feliz. Inútil.

Nunca encontraba el término medio.