lunes, 16 de marzo de 2020

Pura comedia


Primera parte (1/2): Things It Would Have Been Helpful to Know Before the Revolution

My social life is now quite a bit less hectic
The nightlife and the protests are pretty scarce
Now I mostly spend the long days walking through the city
Empty as a tomb
Sometimes I miss the top of the food chain
But what a perfect afternoon

Efectivamente, habría venido bien saber un par de cosas antes de la revolución; entre ellas, que el sistema colapsaría con todos nosotros dentro, porque los que están fuera, en el extrarradio sistémico, lo necesitan tanto como los que están dentro, aunque sea como referencia. Está en el ADN de los rebeldes buscar constantemente algo ante lo que rebelarse. Así, una parte de la revolución - quizás la más importante - consiste necesariamente en seguir fabricando elementos contra los que luchar. El revolucionario necesita pandemias en su continuo esfuerzo por generar anticuerpos. El agente del mal se convierte de esta manera en un buen amigo - si no el mejor - del que pretende combatirlo. Sin uno no existe el otro. En calles vacías no entran manifestaciones, ni moscas. Tampoco pájaros, pero esto lo explico luego.


Industry and commerce toppled to their knees
The gears of progress halted
The underclass set free
The super-ego shatters with our ideologies
The obscene injunction to enjoy life
Disappears as in a dream

No se me ocurre mejor frase para encapsular nuestro tiempo que la que empieza este tema: "Hacía demasiado calor, así que derrocamos el sistema". El "así que" establece una causalidad que carece de todo sentido fuera de su contexto. Cuando en el futuro nos estudien los expertos, debatirán sobre el significado exacto de las palabras de Father John Misty. Tendrán que tener en cuenta a Greta y a Almeida y a una serie de personajes que parecerán ridículos ante sus ojos. Entenderán esta relación directa entre dos elementos inconexos como el reflejo de una sociedad obsesionada con los culpables. Una sociedad con sus propias mitologías causales, en la que no se entiende el mal sin razón de ser. El hombre moribundo lo explica a la perfección, en la segunda parte por favor.


Segunda parte (2/2): Ballad of the Dying Man

And all of the pretentious, ignorant voices that will go unchecked
The homophobes, hipsters, and 1%
The false feminists he'd managed to detect
Oh, who will critique them once he's left?

Los revolucionarios están de enhorabuena porque el mal siempre existe, aunque no siempre con cara. Cuando es invisible le intentamos poner colores saturados a ilustraciones digitales de microorganismos que matan. La identificación estética es importante tanto en la veneración como en el desprecio. Por eso tenemos santos de madera y por eso nos dan morbo las fotos de delincuentes desaliñados.

En la balada, nuestro hombre moribundo se preocupa en su lecho de muerte por todos aquellos que se quedarán sin criticar cuando él no esté. Para él, el mal sin rostro se hace carne en los falsos feministas, homófobos y demás demonios fascistas con cuernos asomando bajo la gomina. También los narcomarxistas venezolanos y los pijoprogres al timón de la dictadura de lo políticamente correcto podrían entrar aquí. Todos deambularán por las redes cometiendo atrocidades morales, porque no está ya el justiciero que les parará los pies con sus certeros y mordaces comentarios.


Eventually the dying man takes his final breath
But first checks his news feed to see what he's 'bout to miss
And it occurs to him a little late in the game
We leave as clueless as we came
For the rented heavens to the shadows in the cave
We'll all be wrong someday

El hombre moribundo es una rara avis, ya que, al contrario que el resto, sufre más por su falta de existencia que por la abundancia de esta. Puesto que es rebelde por naturaleza, revierte el viejo principio de "vivir es sufrir" para convertirlo en "sufrir es vivir". Hablo de los nuevos ascetas, vampiros de la desgracia, que viven más cuanto mayor es la pena. Los vemos estos días en sus tronos de unos y ceros, recordándonos que hay guerras, sida, dengue y cáncer. También criticando a los científicos y a los políticos y a todos los que lo hacen mil veces peor de lo que él lo haría.

El hombre moribundo se toma demasiado en serio a sí mismo y ridiculiza demasiado a los demás. Si escuchara a Father John Misty, sabría que todo es pura comedia, lo que significa que la seriedad y el ridículo son caras de la misma moneda. Irene y yo hablamos mucho de los límites que separan lo serio de lo ridículo. Nuestra misma relación es una moneda indecisa: cara, sentimiento; cruz, parodia. Estos días hemos hablado - y hablaremos - de gente cantando "Resistiré" y de asociaciones de pájaros exóticos que se unen para salvar a las palomas, que como todos sabemos representan como ninguna especie el exotismo. Hemos hablado también de aplausos en los balcones y de profetas salvadores en stories de instagram. Como diría ella, cada uno tiene su "minilucha". Por lo que decía antes, toda lucha es susceptible de ser ridiculizada, lo que no quiere decir que no sea seria.


Though I'll admit some degree of resentment
For the sudden lack of convenience around here
But there are some visionaries among us developing some products
To aid us in our struggle to survive

On this godless rock that refuses to die


Yo creo que aspiro a llevar a cabo mis luchas siendo consciente de lo ridículas que son. También a ridiculizar siempre las luchas de los demás, siendo consciente de su seriedad. Esto significa emocionarse al cantar "Resistiré" desde el balcón, sabiendo al mismo tiempo que parecemos todos gilipollas. Es bonito, si lo piensas.

En definitiva, aplaudamos y cantemos nuestro drama. Lloremos nuestro ridículo.








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