lunes, 19 de junio de 2017

Lágrimas

Son cosas que nadie ve, apenas destellos fugaces de felicidad. Muchas veces no sirve sólo con mantener los ojos abiertos. También hace falta ser de un material incandescente, que te invita a tocar pero quema. Ese es es el precio de tu curiosidad: la quemazón de la experiencia y el ardor de lo desconocido. Estás destinado al fuego.

Algún día volverás a ver los destellos e intentarás capturarlos, pero será demasiado tarde. Ya estuviste en llamas. Ya te templaste. Ahora toca contemplar tu silueta brillante, una herida de luz en el vacío de tus tinieblas. Lágrimas que arden.







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